ALUXES: LOS GUARDIANES DE LA SELVA MAYA


Los aluxes son parte del misticismo que atrae a los turistas a la región del mayab

Situada en un lugar especial entre los enigmas yucatecos, traspasando épocas, la leyenda de los aluxes mayas sigue vigente en el monte (selva) de la Península de Yucatán.

El Hanlicol es una ceremonia de ofrenda para pedir la protección de los aluxes

Se dice que son pequeños seres con el tamaño de un niño pero con cara de hombre, se piensa -por su origen cultural- que visten como los mayas antiguos.
Los aluxes son similares a un duende o un elfo, según la leyenda actual

Las imágenes que se han trasladado a la actualidad, los ubican ataviados en telas blancas y bordados de colores, con sandalias de cuero; aunque todo aquel que asegura haberlos visto no da características específicas.
La leyenda ha traspasado varias épocas

Y es que los testimoniales se encuentran en páginas especializadas de historia maya o en páginas dedicadas a míticos personajes.


Algunas representaciones de los aluxes


La cualidad principal identificada, es que son traviesos, por lo que existe un ritual (El Hanlicol) en el que se le ofrenda comida para que permitan entrar a sus dominios.


El Hanlicol, el ritual en honor a los aluxes consiste en darles comida y dónde vivir
Ceremonia del hanlicol en Yucatán

Una casa para aluxes en Cancún, ofrenda ante la construcción de una carretera

LA OFRENDA DEL ALUX

Cuando los campesinos en ‘el monte’ oyen silbidos, saben que son estos duendes y tienen que ofrecerles algo de beber; tradicionalmente les dejan un recipiente con pozol (bebida espesa de cacao y maíz); pero eso no es todo. 

Si el campesino, cuando empieza a cultivar, quiere contar con la protección de un alux, debe construir en su milpa, el kahtal alux o "la casa del alux"; y entonces su silbido ahuyentará a los ladrones, animales de rapiña, malos vientos o plagas.

Al concluir siete años, la casita tendrá que ser cerrada para dejar dentro al duende, de lo contrario puede actuar contra las personas de manera indiscriminada.


Fuente: UN1ÓN Yucatán
Autor: Déborah Cordero |

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